La industria de la construcción es uno de los principales pilares de la economía global, aunque esta también suele tener significativa notoriedad por sus altos costos y por la gran cantidad de desperdicios que genera. En las últimas décadas, BIM (Building Information Modelling, por sus siglas en inglés) ha revolucionado los flujos de trabajo en la industria y ha permitido también atacar estos problemas de frente en un entorno de colaboración.
BIM es un proceso basado en modelos 3D digitales de precisión y nivel de detalle variables, este proceso permite el diseño, creación y administración de las características físicas y funcionales de una edificación o proyecto constructivo a lo largo de todo su ciclo de vida. Es también un proceso colaborativo que involucra a todas las partes interesadas, desde arquitectos e ingenieros, hasta contratistas, dueños y personal encargado de mantenimiento.
Una de las principales ventajas del uso de BIM es que ayuda a identificar conflictos potenciales incluso antes de que inicie la etapa de construcción. Mediante el modelado 3D de espacios y las simulaciones, todos los involucrados pueden identificar conflictos y problemas, lo cual les permite facilitar y agilizar su toma de decisiones, así como realizar cambios o iteraciones pertinentes al modelo. Esto evita errores costosos y re trabajo durante la etapa de construcción, reduciendo así los costos operativos y las pérdidas innecesarias de tiempo.
BIM también permite y facilita una mejor planeación y coordinación entre las distintas especialidades que interactúan antes, durante y después de la construcción, mediante el análisis e inspección detallados de los distintos componentes que conforman un modelo 3D o gemelo digital, incluyendo los sistemas eléctricos, mecánicos, hidráulicos e informáticos. La buena ejecución y mapeo del proceso BIM permite a todos los involucrados hacer y tomar decisiones informadas sobre equipamiento, materiales, métodos de instalación y maniobras. Esto lleva a una ingeniería de costos mucho más precisa y a una reducción significativa en los volúmenes de desperdicios, con lo cual se reducen también los costos y se mejoran los tiempos durante la construcción.
Con el paso del tiempo, BIM ayuda en la optimización, operación y mantenimiento de las edificaciones; prolongando sus ciclos de vida y reduciendo costos en sus ciclos operativos. Mediante los entornos ricos en datos e información, todas las partes pueden monitorear el desempeño simulado y real del edificio, así como identificar áreas de mejora e implementar cambios con la documentación y ejecución adecuados conforme sea necesario.
Como proceso, BIM tiene un potencial gigantesco en su implementación gracias a que facilita la reducción de costos al eliminar ineficiencias mientras mejora la comunicación y fomenta la colaboración, así como la optimización del ciclo de vida de los edificios. BIM se ha convertido en una herramienta fundamental para la competitividad y sustentabilidad en la industria de la construcción.
Bernardo López González.
Arquitecto especialista en BIM y Visualización en Grupo Chufani